Desde el "Rincón del Cura"
hoy nos lleva don Alberto
a ese pueblo asturiano
que está tan cerca del cielo.
Allí nació y fue bautizado
ese Obispo tan bueno,
que ahora nos ha dejado,
para ir a su descanso eterno.
Todo el pueblo es como un templo,
donde reza la naturaleza
y el alma se pone a orar,
al contemplar tanta belleza.
El Obispo Juan Antonio,
seguirá en nuestros corazones,
y desde la gloria nos enviará
santificantes bendiciones.
Este viejo Anselmo
le pide a San Gil de Casaio,
que reciba a nuestro Obispo,
que ahora nos ha dejado.
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