EN LA VIDA YO APRENDÍ
En la vida yo aprendí,
que subir muy alto
no era crecer ni llegar
y que mirar no era siempre
ver lo que hay más allá,
ni que escuchar ere siempre
oír lo que uno quiere sentir.
En la vida yo aprendí,
que estar solo con la edad
no es padecer de la soledad,
ya que puede uno disfrutar
estando solo de una maravillosa paz.
En la vida yo aprendí,
que solamente con sonreír
ya puede uno ser feliz
y hacer felices a los demás,
sin tropezar ni mentir
al decir siempre la verdad.
En la vida yo aprendí,
que uno empieza a envejecer
cuando deja de aprender,
y que, no hay como la fe
para tener una buena vejez.
En la vida yo aprendí,
que la salud corporal
en un momento deja de existir,
y solo queda a nuestro alcance
lo que llevamos en el alma,
que es lo que nos hace llegar
a alcanzar la eternidad.
Son cosas del viejo Anselmo
a los 85 años
